viernes, 24 de abril de 2009

Soñar Despierto



Una vez que uno se acuesta y se aferra como quinceañera in love de los brazos de corpulento Morfeo, es difícil saber que es realidad y que es sueño.
Hay millones de escritos sobre los sueños despiertos y la parálisis que estos provocan. Según la ciencia esto es un fenómeno perfectamente explicable y normal para todos los seres humanos.
Entre los síntomas se encuentran: ahogo, dificultad para respirar, con opresión del pecho, palpitaciones y otras sensaciones. Mientras te encuentras en esta parálisis un gran temor o terror se apodera de uno ya que uno esta consciente de todo lo que pasa a nuestro alrededor mezclando esta realidad con las alucinaciones del sueño. La mayoría ve sombras extrañas, sonidos terroríficos, seres de voz demoníaca hablándole al oído, etc.…

A mi me ha pasado, la primera vez que me pasó fue en plena adolescencia: recuerdo que tenia un discman mp3 player panasonic y estaba escuchando un cd de mp3 donde había muchas canciones de deftones, entre ellas nosebleed. Esa noche me acosté con los audífonos puestos escuchando buena música. Cierro los ojos, dormito un poco, escucho la canción en su buena:
“No means no lie now find out what you get, it's so good
You'll sit around and throw a fuckin' fit”



Abro los ojos y esta esa cosa negra, oscura. Solo se le ven los ojos y está aparentemente levitando el aire a los pies de mi cama (en ese entonces la segunda planta de un camarote que compartía con mi hermano). Trato de moverme, pienso en los cuchillos japoneses de tres puntas llamados “sais” que tenía colgados en la pared sobre mi cabeza. No me puedo mover y la vaina sigue ahí mirándome con esos ojos blancos, unos malditos ojos alargados blancos. Abro y cierro los ojos y la vaina esa ta ahí. La cancion sigue rodando. Pienso en pedir ayuda: Mama! Papa! Invocar al Señor Jesús y por su sangre reprender al diablo que me visitaba esa noche. No me salen las palabras, a penas puedo abrir y cerrar los ojos.

Termino cerrándolos resignándome a mi triste fin: purina para demonios…
Siento que no pasa nada, abro los ojos y ya no está ahí, puedo mover mis manos, mis piernas mi cuerpo completo y sobe todo puedo hablar.
Me quito los audífonos y le prometo a Dios que no me vuelvo a dormir escuchando heavy metal (bueno nu metal en este caso). Esta promesa duró hasta que se me ocurrió contar lo sucedido. Ahí pudo comprobar que a todo el mundo le pasaban cosas iguales. Y mas tarde supe que la ciencia tenía explicación.

1 comentario:

Arq. Jennet Tineo dijo...

Esa imagen parece crecer ante mis ojos, se hace más y más corpulento, más y más temible, demasiado fuerte.